Los investigadores, del departamento de Bioingeniería de la Universidad de Stanford buscaban, desde hace tres años, almacenar información digital en sistemas biológicos y finalmente lo consiguieron. Jerome Bonnet y sus colegas han logrado desarrollar un sistema para codificar, almacenar y borrar datos digitales en el material genético de células vivas. El invento, al que han denominado con las siglas RAD, se ha dado a conocer en la revista Proceedings of the National Academy of Science.
Los bits biológicos son dos segmentos de la bacteria E. Coli. Tal y como explicó Pakpoom Subsoontorn, otro de los investigadores:
En esencia, si la sección de ADN apunta en una dirección es un cero, y si apunta en la otra, es un uno.
Esta técnica podría ser una herramienta útil para estudiar el cáncer, el envejecimiento o el desarrollo de los organismos. Por ejemplo, el dispositivo permitiría contar cuántas veces se divide una célula, y averiguar así cuándo exactamente se tornan cancerígenas.
Vía | Vanguardia
Test para conocer el sexo del bebé
Hasta ahora las ecografías nos proporcionaban una información limitada sobre el sexo del feto, pues en las primeras semanas de embarazo los órganos sexuales del feto aún no están desarrollados. Esto puede cambiar gracias a un test desarrollado por un equipo de científicos de la empresa MyGEN.Solo debe analizarse una gota de sangre de la madre, pues durante el embarazo hay intercambio de sangre entre madre e hijo, y así puede determinarse si hay algún fragmento del cromosoma Y, lo cual nos diría que el feto es niño. A nivel genético, el sexo de una persona viene determinado por el cromosoma Y, presente solo en varones. En caso de que sean gemelos, la identificación del cromosoma indicará que al menos unos de ellos será varón, y en caso de no encontrarse, significará que las dos son niñas.
Según sus creadores, la técnica cuenta con un porcentaje de fiabilidad de hasta el 99 %.
“Por el momento, el test sólo se ofrece en algunas clínicas y el filtro con la gota se envía a nuestros laboratorios”, explica Guillermo Cobas, director general de MyGEN. Pero ya se está trabajando en una versión casera.
El formato será parecido al de un «predictor» y los resultados se obtienen en menos de una hora. La futura madre solo tiene que hacerse una pequeña punción en la yema de un dedo con una lanceta, incluida en el kit, y depositar una gota de sangre en un disco de papel, del que se extrae el ADN, para posteriormente detectar la presencia del cromosoma «Y». Tras añadir un líquido reactivo aparecerá un color que revelará el sexo del bebé: azul si es niño y transparente si es niña.
Vía | El Correo
¿Podríamos volatilizar un planeta como Marte?
Cuando éramos pequeños alucinábamos con aquella escena de Star Wars en la que la Estrella de la Muerte concentraba un rayo de energía en un planeta y, zas, éste explotaba en mil millones de pedazos. Pero ¿algo así sería posible con nuestra tecnología? Si usáramos todo nuestro arsenal nuclear, ¿podríamos volatilizar un planeta como Marte?La respuesta corta es que no.
Ahora viene la respuesta larga: los planetas pueden sobrevivir a agresiones terribles. Por ejemplo, Hellas Planitia es un cráter marciano de unos 2.092 km de diámetro producido por la colisión de un asteroide contra el planeta. El asteroide era tan gigantesco que generó unos 100.000.000 de megatones de energía. Sin embargo, Marte sigue ahí, impertérrito.
Para que os hagáis una idea de las magnitudes, la bomba nuclear más poderosa jamás probada, la “Bomba del Zar”, en Rusia, tenía “sólo” una potencia de 50 megatones, y los arsenales nucleares de la mayoría de los países están formados por bombas de potencias entre 200 y 400 kilotones.
En total, la especie humana guarda unas 23.300 armas nucleares almacenadas en 111 lugares distintos repartidos por 14 países, tal y como se explica extensamente aquí. Pero tal potencia sería capaz de eliminar a la humanidad no tanto por las explosiones como por los efectos secundarios de las mismas, como la radiación.
En NeoTeo podemos leer un cáculo interesante al respecto usando la bomba termonuclear B83, la más poderosa en activo, con una capacidad máxima de 1,2 megatones de energía liberada. el radio completo de destrucción de una B83 es de 14.9 kilómetros cuadrados. La especie humana ocupa aproximadamente el 12,5 % de la superficie del planeta (hablando siempre de tierra, sin incluir al mar), poco más de 18 millones y medio de kilómetros cuadrados. De acuerdo al resultado, se necesitarían más de un millón de bombas termonucleares.
Y aún habría otro problema. Aunque pudiéramos construir un dispositivo capaz de desencadenar, por ejemplo, un millón de megatones, es decir, la cantidad aproximada de energía producida por el Sol en un mes, según el paleontólogo Gary Peterson, de la Universidad de San Diego, la amplitud del campo gravitacional que la masa marciana crearía neutralizaría incluso un esfuerzo tan colosal:
Podríamos desatar la mayor explosión jamás concebida y destruir el planeta, pero los fragmentos de roca volverían a ensamblarse.
Fuente xatakaciencia.com
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