El Blog de Avances tecnológicos

miércoles, 16 de mayo de 2012

¿Por qué algunas personas no engordan?

Solemos pensar que el ser humano por naturaleza tiende a engordar para tener reservas en tiempos de hambruna. De ser así, geneticamente existe un tipo de personas que deberían estar fuera de la evolución, aquellas que por más que comen no engordan ni un gramo ¿que es lo que falla?
No podemos decir con certeza cuánto comían nuestros antepasados, pero probablemente los periodos de bonanza con abundantes alimentos no fueron los más largos en nuestra historia evolutiva, más que nada por nuestra condición nómada.
Sabemos que las hambrunas frecuentes y prolongadas en algunas partes del mundo han favorecido la evolución de la capacidad del cuerpo para almacenar grasa rápidamente, siendo eficiente el uso de grasa (energía celular) para hacer frente al esfuerzo muscular y mantenimiento de las funciones del cuerpo
Dice el profesor Michael Cowley, director del Monash University’s Obesity and Diabetes Institute.

Se cree que entre el 60 y el 70 por ciento de nuestro peso corporal está determinada por nuestros genes. Sin embargo, los científicos han identificado menos de una quinta parte de los genes implicados, y todavía no sabemos cuántos de estos realizan dicho trabajo.
La reproducción sexual permite la unión información genética de ambos padres para recombinarse y formar un nuevo individuo. Esto produce una considerable variación genética a través del arrastre de las mutaciones, tanto beneficiosas como perjudiciales, a través de las generaciones.
Es por eso que algunas personas en el día de hoy llevan los genes que predisponen a la delgadez (menor acumulación de grasas), esto históricamente ha sido una desventaja debido a la escasez de alimentos.
El problema al que nos enfrentamos ahora es que no ha habido un desarrollo evolutivo en los genes para ayudarnos a lidiar con el consumo sin precedentes de alimentos altamente calóricos.
En otras palabras, muchos de nosotros todavía llevamos los llamados “genes de la grasa” (los que nos predisponen al aumento de peso excesivo), porque no hemos tenido tiempo de desarrollar una respuesta a la gran variedad que se ofrecen hoy en día
Afirma Cowley.
También dice que los factores ambientales como la cantidad que comemos y la actividad física que hacemos determina alrededor del 30 al 40 por ciento de nuestro peso.
Y pese a que ahora se consumen más alimentos calóricos, el nivel de esfuerzo físico ha disminuido dramáticamente.
Lo que tenemos que dejar de hacer es concentrarnos tanto en nuestro peso y estar más atentos a comer sano y hacer ejercicio regular y enseñar estos hábitos a nuestros hijos
Concluye.
Vía | ABC Science


¿A qué distancia del Sol podríamos llegar a acercarnos?

 A raíz del visionado de una reciente película de ciencia ficción, Sunshine, dirigida por Danny Boyle, se me ocurrieron dos cosas. Una idea para un cuento. Y una pregunta: ¿cuán cerca podríamos estar del Sol sin morir?

Aunque la superficie del astro rey es la parte más fría, posarnos en ella resulta bastante difícil de imaginar habida cuenta de sus 5.504 ºC. Sin embargo, con nuestra tecnología actual, podríamos acercarnos al Sol mucho más de lo que imaginamos. Si el Sol se encuentra a una distancia de 150 millones de km, podríamos recorrer nada menos que el 95 % del trayecto antes de quemarnos.

Obviamente, no podríamos acercanos simplemente con nuestro traje espacial estándar, que solo nos mantendría a salvo si afuera hay temperaturas inferiores a 120 ºC. Lo apropiado sería una lanzadera espacial: el escudo antitérmico reforzado de carbono-carbono ha sido diseñado para soportar temperaturas de hasta 2.593 ºC, para así asegurar la nave frente al calor de la fricción generado por la reentrada en la atmósfera.
Si este escudo recubriera la totalidad de la lanzadera, entonces podríamos acercarnos al Sol a una distancia de 2,12 millones de km (aproximadamente un 98 % del recorrido).
Con todo, el calor sería lo de menos a esas distancias. La exposición constante a la radiación cósmica durante el viaje sería fatal para nosotros incluso antes de cubrir la mitad del trayecto, y es que el Sol es un gran generador de radiaciones.

 

¿El deterioro orbital de la Luna podría acelerarse si construimos una base lunar?

 Hoy por hoy, construir una base lunar sería algo así como si una mosca se posara en la Gran Pirámide. Y esperáramos que desplazara su gigantesca masa unos centímetros hacia la izquierda.
Y es que, a pesar de que la Luna se aleja de nosotros 3,8 cm cada año, ralentizando la velocidad de rotación de la Tierra, añadir una base lunar no cambiaría nada las cosas. La masa de la Luna es de unos 70.000.000.000.000.000.000.000 kg, y la base lunar solo tendría unas pocas toneladas.
Sin embargo, según podemos leer en el libro ¿Sabías qué...? de Bjorn Carey, el profesor asociado de astrofísica en el MIT Scott A. Hughes, si enviáramos a la Luna 490 billones de toneladas, se añadirían 3,8 cm de deriva adicional. Claro que para construir algo así deberíamos inventar antes el teletransporte, o realizar mil millones de vuelos espaciales en cualquiera de los vehículos de transporte existentes. De conseguirlo, la separación entre la Tierra y la Luna acabaría por alargar nuestros días y por disminuir la magnitud de las mareas.

Fuente  xatakaciencia.com

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
Design by Free WordPress Themes | Bloggerized by Lasantha - Premium Blogger Themes | Grants For Single Moms