Hace pocos días comenzó la fase de evacuación de los componentes internos del reactor principal de la central nuclear José Cabrera, en Almonacid de Zorita (Guadalajara). Se trata de una de las etapas más delicadas en el desmantelamiento de una central, además de ser un proceso inusual, ya que en el mundo solo se han desmantelado totalmente ocho centrales nucleares, siete de ellas en Estados Unidos y una en Japón.
Tras casi 40 años de funcionamiento, en el año 2006 se clausuraba la central nuclear José Cabrera, la primera que se puso en funcionamiento en España. Posteriormente el Gobierno aprobaba el plan de desmantelamiento de la instalación, cuyas labores comenzaron en 2010 y tienen previsto ejecutarse hasta 2016. Antes de comenzar, se ha realizado un inventario previo muy exhaustivo para conocer las características radiológicas de todos los componentes de la antigua central. Además, se han modificado los sistemas eléctricos, de ventilación y de protección contra incendios de las instalaciones para adecuarlos a la nueva actividad que se lleva a cabo en su interior.
Gestión de los materiales radiactivos
Una de las primeras etapas ha sido la evacuación del combustible gastado, que habitualmente se coloca en piscinas ubicadas en las propias centrales nucleares para enfriar el material y almacenarlo de forma temporal. El agua de las piscinas se evapora también durante el proceso de evacuación y se convierte en lodos que pueden ser tratados como residuos sólidos.En estos momentos se han comenzado a cortar los componentes internos del reactor, uno de los procesos más delicados del desmantelamiento y que durará unos dos años y medio. Este procedimiento está robotizado, y lo efectúan máquinas que se manejan por ordenador. Además, se realiza bajo el agua, ya que este elemento es un aislante de la radiación.
Previamente al desmantelamiento, el antiguo edificio de turbinas se adecuó como edificio accesorio. Todos los materiales cortados se transferirán a este centro de operaciones, donde colocarán en bloques que se rellenarán de hormigón. Dichos bloques serán trasladados, en función de su actividad radiológica, al ATC de El Cabril (Córdoba) en el caso de residuos de baja y media actividad., o al futuro ATC de Villar de Cañas (Cuenca), si son residuos de alta actividad.
Al terminar los desmontajes y la gestión de los residuos, tanto convencionales como radiactivos, se iniciará el proceso de demolición de los edificios y la restauración ambiental correspondiente. Se estima que en el desmantelamiento de la central se producirán unas 104.000 toneladas de materiales, y el cuatro por ciento de los mismos serán radiactivos.
Una vacuna eficaz y barata contra la malaria
Los cloroplastos de un alga verde comestible (Chlamydomonas reinhardii) son capaces de producir proteínas que podrían usarse para desarrollar una vacuna eficaz y barata contra la malaria, según revela un estudio publicado en la revista PLoS ONE.Los parásitos que transmiten la malaria fabrican unas proteínas tridimensionales muy complejas, lo que supone un problema a la hora de diseñar una vacuna contra la enfermedad, ya que se necesita un sistema capaz de producir moléculas que imiten estas proteínas y así estimulen el desarrollo de anticuerpos que defiendan a la persona vacunada contra la malaria.
Debido a esto, es necesario buscar formas baratas y sencillas de producir estas proteínas. "Con las tecnologías disponibles resulta muy caro vacunar a dos mil millones de personas que viven en regiones donde está presente la malaria", explica Stephen Mayfield, uno de los autores del trabajo.
Los investigadores, de la Universidad de San Diego (EEUU), emplearon el alga Chlamydomonas reinhardii, un modelo genético muy habitual en los laboratorios, para producir proteínas complejas similares a las del parásito que provoca la enfermedad (Plasmodium falciparum). Al inyectar estas moléculas en ratones, los animales desarrollaron anticuerpos que, inoculados en el mosquito Anopheles, transmisor de la malaria, bloqueaban al parásito con éxito.
Los siguientes pasos, indican los científicos, serán, por un lado, comprobar si estas proteínas son efectivas para inmunizar al organismo humano y, en segundo lugar, verificar si el efecto es el mismo cuando el alga se ingiere en lugar de inyectarse, un método que abarataría mucho los costes de la vacunación.
El telescopio solar más grande de Europa
Se llama GREGOR y se acaba de instalar en el Observatorio del Teide del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). Además de ser el telescopio solar más grande de Europa, se trata del tercero en dimensiones del mundo. Tiene una apertura de 1,5 metros, lo que unido al novedoso sistema de óptica adaptativa, que compensa las turbulencias atmosféricas, logra una calidad de imagen que, hasta el momento, ningún telescopio solar terrestre había obtenido, tanto en el rango visible como en el infrarrojo. La resolución espacial, espectral y temporal resultante permite que los investigadores puedan seguir los procesos físicos en la superficie del Sol en escalas tan pequeñas como 70 km.Su avanzada tecnología permitirá a la comunidad científica estudiar el Sol con un nivel de detalle sin precedentes hasta la fecha. No solo se podrán comprender mejor los procesos físicos que acontecen en la mayoría de estrellas del universo, sino también resolver cuestiones terrenales: la actividad solar afecta e incluso daña los satélites y las redes de energía de diferentes regiones de la Tierra. Profundizar en su conocimiento puede ayudar a mitigar estos problemas de alto impacto económico.
El telescopio ha sido diseñado para realizar observaciones de la fotosfera solar –la capa de la que procede la mayor parte de la luz y el calor que se reciben en la Tierra-, y la cromosfera, capa de la atmósfera solar que se sitúa justo encima de la anterior. Pero también podrá utilizarse durante la noche: se monitorizarán ‘soles distantes’ para averiguar si tienen el mismo comportamiento cíclico que nuestra estrella.
Fuente muyinteresante.es
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