Dar a las bacterias un poco de conciencia de sí mismas hace que sean más inteligentes en cuanto a la producción de biocombustibles. Esa es la conclusión de un grupo de investigadores de la Universidad de California en Berkeley (Estados Unidos), que acaban de publicar información sobre un sensor genético que permite a las bacterias ajustar su expresión génica en respuesta a diferentes niveles de intermediarios clave para la fabricación de biodiesel.
Como resultado, los microbios producen tres veces más combustible. Este tipo de sistema de sensores reguladores podría hacer que los biocombustibles avanzados fueran más baratos, así como ayudar a que se conviertan en un reemplazo económicamente viable de los productos derivados del petróleo.
En un estudio publicado esta semana en Nature Biotechnology, Jay Keasling, profesor de ingeniería química y bioingeniería en la Universidad de Berkeley, describe junto a su equipo un sistema de sensor biológico que permite a las bacterias regular los genes en sus vías de producción de biocombustibles según la cantidad de ciertos precursores que haya en la célula.
Los investigadores mejoraron una cepa de E. coli modificada genéticamente, y de la que se había informado con anterioridad, que genera biodiesel a partir de dos bloques biológicos de construcción: los ácidos grasos y el etanol. Durante el ciclo de vida de dicha cepa, un precursor puede ser producido a un nivel superior al otro, lo que crea una situación ineficiente y a veces perjudicial.
"Las vías no estaban en equilibrio", asegura Keasling. "Las células estaban derrochando recursos produciendo un precursor a un nivel más alto que el otro". Es más, asegura, la producción de biocombustibles a veces consume demasiados ácidos grasos, que las bacterias necesitan en ciertas etapas de su ciclo de vida, haciendo que la cepa se vuelva inestable.
El sistema regulador mejora las bacterias manipuladas de dos formas, según afirma Keasling: las vías metabólicas se equilibran de manera que no produzcan un precursor en exceso con respecto a otro. Además, las bacterias modificadas son más estables puesto que la producción de biocombustibles no resta a la célula capacidad de crecer.
Esta ‘conciencia de sí misma’ ha logrado incrementar la cantidad de biodiesel producido por la bacteria un 28 por ciento por encima del máximo teórico, un aumento tres veces mayor del previamente registrado en este tipo de cepa.
Aunque la mejora es significativa, la producción de biodiesel está todavía demasiado limitada para su uso a gran escala. "Hay muchos problemas, incluyendo desequilibrios metabólicos, que necesitan ser resueltos para que los biocombustibles se conviertan en una realidad", señaló Keasling en un correo electrónico. Por ejemplo, la expansión de estos cultivos a escala comercial, en el orden de millones de litros, será todo un reto.
Fuente: keaslinglab
¿Los monos saben leer?
La respuesta es que no, pero casi. Un equipo de investigadores de la Universidad de Marsella (Francia) ha conseguido que un grupo de babuinos reconozca palabras en inglés con una exactitud asombrosa. Los resultados revelan que el reconocimiento visual de palabras puede aprenderse sin necesidad de conocer el lenguaje hablado.
Durante el mes y medio que duró el entrenamiento, los babuinos aprendieron a identificar palabras de entre más de 7.000 secuencias de letras sin sentido. Como resultado, los monos reconocían las palabras con un 75 por ciento de exactitud, según explican los investigadores en su trabajo publicado en Science. Además, al igual que los humanos, los babuinos cometían más errores de identificación cuando en las secuencias falsas aparecían combinaciones de letras habituales en las palabras reales. Por ejemplo, se encontró mayor porcentaje de errores en secuencias que contenían el par "th", muy habitual en el inglés, que en aquellas que contenían la secuencia "ht".
Estos resultados arrojan dos conclusiones importantes. La primera, que es posible reconocer palabras sin tener ni idea de cómo suenan realmente. Y la segunda, que los babuinos no solo sacan información de las letras, sino que las relaciones entre ellas también les dan pistas. "Esto sugiere una conexión con algún tipo de habilidad ancestral que no llega a ser lingüística, pero que se relaciona con la capacidad para reconocer objetos", explica Jonathan Grainger, uno de los autores.
¿Significa esto que los monos podrían leer algún día? "Uno de nuestros proyectos es entrenar a los babuinos para que asocien palabras con algún tipo de significado", explica Grainger. "Ese sería el siguiente paso, pero será excesivamente complicado", matiza. La imagen de un mono leyendo cómodamente el periódico en el sofá aún está muy lejos de hacerse realidad.
Masacre de cometas alrededor de una estrella
Fomalhaut es una joven de estrella alrededor de la cual, cada día, podrían estarse destruyendo miles de cometas. El observatorio espacial Herschel de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha estudiado el disco de polvo que la rodea y en el que podría estar sucediendo una masacre cósmica.
El origen del disco de polvo que rodea a Fomalhaut era bastante controvertido, ya que las imágenes tomadas con el telescopio espacial Hubble sugieren propiedades que, aparentemente, se contradicen con las observaciones del Herschel. Estas últimas han permitido determinar las propiedades térmicas del polvo que compone el disco, e indican que está formado por partículas de tan solo unos pocos micrómetros de diámetro. Sin embargo, las imágenes del Hubble indicaban un diámetro diez veces mayor al sugerido por el observatorio espacial.
El equipo de investigadores de la Universidad de Lovaina (Bélgica), tras analizar los datos obtenidos por el Herschel, ha planteado una hipótesis que resolvería esta paradoja. Los científicos sugieren que las partículas de polvo son en realidad agregados esponjosos, similares a los que dejan a su paso los cometas en nuestro propio Sistema Solar.
Esta teoría explicaría la dispersión medida por el Hubble y las propiedades térmicas detectadas por Herschel, pero plantea un nuevo problema, y es que si las partículas son tan pequeñas como parece, la radiación emitida por la estrella Fomalhaut las arrastraría lejos del disco rápidamente. Si esto es así, la presencia de un elevado número de partículas alrededor de la estrella solo se puede explicar si existe un aporte continuo de dichos elementos. Este aporte debe venir de las colisiones entre objetos de mayor tamaño que también orbitan a Fomalhaut.
Para que el disco se mantenga estable, se necesita una enorme tasa de colisiones: el equivalente a dos cometas de 10 kilómetros de diámetro tienen que quedar reducidos a polvo cada día. "Me quedé realmente sorprendido", reconoce Bram Acke, uno de los investigadores, "me parecía un número excesivamente elevado".
"Estas impresionantes imágenes tomadas por Herschel nos proporcionan la información que necesitábamos para comprender la naturaleza del disco de polvo que rodea a Fomalhaut", ha comentado Göran Pilbratt, científico del Proyecto Herschel para la ESA.
¿Cuál es la bacteria del Titanic?
En un estudio publicado hace un par de años en la revista International Journal of Systematic and Evolutionary Microbiology, investigadores canadienses y españoles desvelaban que había identificado en los restos del RMS Titanic, hundidos a 3.800 metros bajo la superficie del océano, una nueva bacteria a la que bautizaron como Halomonas titanicae, en honor al trasatlántico. Según han podido averiguar los científicos, el microbio del Titanic está contribuyendo a su deterioro dado que parece ser responsable de los “rusticles” que luce el barco, que no son otra cosa que formaciones con aspecto de estalactitas pero que están creadas por la corrosión de metales.
Los investigadores creen que Halomonas titanicae juega un papel importante en el reciclado de estructuras de hierro a ciertas profundidades, y que podría ser útil para el desmantelamiento de viejos navíos y plataformas petrolíferas que han sido limpiados de toxinas y hundidos en el océano.
Fuente muyinteresante.es
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