Las Perseidas, popularmente conocida como las Lágrimas de San Lorenzo, son una lluvia de meteoros de actividad alta que se extiende entre el 17 de julio y el 24 de agosto. Su máximo cae este año en la noche del viernes 12 al sábado 13 de agosto, aunque también al amanecer se observará gran actividad debido a que la constelación de Perseo se encontrará mas alta sobre el horizonte.
El cometa que da origen a las Perseidas es el 109P/Swift-Tuttle, descubierto por Lewis Swift y Horace Parnell Tuttle el 19 de julio de 1862. Posee un diámetro de 9.7 kilómetros y su órbita alrededor del Sol dura un período de 135 años. Su última aparición tuvo lugar en 1992 produciéndose en 1993 un pico de actividad con 300 meteoros/hora. Desde entonces, la actividad ha descendido progresivamente hasta el nivel normal.
La Tasa Horaria Zenital (THZ) prevista para este año es de 100 meteoros/hora, lo que la convierte en la tercera mayor lluvia de estrellas del año. Sin embargo, en esta ocasión la presencia de Luna llena pondrá trabas para apreciarla en todo su esplendor, dado que los meteoros más abundantes suelen ser los menos pesados, y por tanto, los menos brillantes. El momento óptimo para observarlas será justo antes del crepúsculo (entre las 5:00 y las 6:00 h tanto en Canarias como en la Península), cuando la constelación de Perseo estará alta sobre el horizonte Nordeste (a unos 50-70º) y la Luna próxima a ocultarse.
La lluvia de las Perseidas es de las más populares y observadas en el Hemisferio Norte debido a que transcurre en agosto, mes vacacional por excelencia. Las Perseidas son también conocidas con el nombre de lágrimas de San Lorenzo porque el 10 de agosto es el día de este santo. En la Edad Media y el Renacimiento, las Perseidas tenían lugar la noche en que se le recordaba, de tal manera que se asociaron con las lagrimas que vertió el santo al ser quemado en la hoguera, concretamente en una parrilla.
El tsunami de Japón creó nuevos icebergs en la Antártida
El terremoto que sufrió Japón el pasado 11 de marzo provocó el desplazamiento del glaciar Whillans, una lengua de hielo en movimiento en el Océano Antártico que se movió "bruscamente" medio metro después del seismo, según un estudio de la Universidad de California (EE UU) publicado en la revista Journal of Geophysical Research. El equipo de la Universidad de California coordinado por Jake Walter lleva desde 2007 controlando con estaciones GPS los movimientos de este glaciar que, según ha señalado, se desplaza a diferentes velocidades, con una media de un metro al día. Sin embargo el 11 de marzo, después de que se produjera el terremoto de 8,8 de magnitud, se registró un desplazamiento "brusco" en el que el glaciar se movió "de golpe" medio metro. Los expertos han indicado que el movimiento habitual del glaciar está vinculado a las mareas, por lo que el posterior tsunami también podrían "tener algo que ver con este suceso".
Por otra parte, un estudio realizado por científicos de la NASA y publicado en la revista Journal of Glaciology ha relacionado el desprendimiento de enormes masas de hielo -del tamaño de la isla de Manhattan- en la plataforma antártica de Sulzberger con el paso del tsunami de Tohoku, que se originó con el terremoto en las costas de Japón en marzo de 2011, a 13.000 kilometros de distancia del temblor. Utilizando imágenes de satélite, Kelly Brunt y sus colegas del Centro de Vuelo Espacial Goddard identificaron nuevos icebergs flotando en el mar de Ross unas 18 horas después de que grandes olas llegaran a la Antártida. Después de compararlas con imágenes históricas del satélite, el grupo llegó a la conclusión de que había una ligera elevación de hielo, no registrada desde 1965.
Fuente muyinteresante.es
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