Los chimpancés tienen una clara "conciencia de sí mismos" y, como los seres humanos, esa conciencia está ligada a su facultad de anticipar los efectos de sus propias acciones sobre su entorno, revela una investigación cuyos resultados publica la revista británica Proceedings of the Royal Society.
Muchos científicos habían señalado ya la capacidad de ciertos animales, en particular los grandes simios, de reconocerse en un espejo. La prueba más utilizada es pintarles una marca en el cuerpo que no pueden ver sin mirarse en un espejo y comprobar si tratan de borrarla o no. El test del espejo probaba las capacidades cognitivas de los monos, pero la controversia persistía sobre los mecanismos que les permiten identificarse.
En los humanos, la 'agentividad', o capacidad de reconocerse como un agente independiente que tiene un efecto sobre el entorno exterior, procede sobre todo de la facultad de relacionar el resultado esperado de una acción con el resultado producido. Por ejemplo, en un videojuego en el que participan varios jugadores, esa facultad permite a cada jugador determinar rápidamente qué personaje controla él entre los que se mueven en la pantalla. Para disipar las dudas sobre los chimpancés, dos especialistas japoneses de los primates, Takaaki Kaneko y Masaki Tomonaga, de la Universidad de Tokio, entrenaron a tres hembras para que pudieran desplazar un cursor en una pantalla con un ratón. Una vez familiarizadas con el manejo de esa herramienta, les presentaron en la pantalla dos cursores de tamaño forma y color idénticos: uno controlado por el ratón, el otro una simple grabación del cursor desplazado por la misma mona los días precedentes. Es decir, el único medio de que el chimpancé pudiera identificar el cursor que él controlaba era confrontar su acción con el resultado percibido en la pantalla.
Según los científicos japoneses, los tests son concluyentes y demuestran que los chimpancés analizan los efectos de sus acciones sobre el mundo exterior. "Los resultados sugieren que los chimpancés y los humanos comparten los mismos procesos cognitivos fundamentales" que fundan su conciencia de sí mismos, concluyen los científicos.
Los monos hablan del tiempo, mienten y critican
Por su parte, el matrimonio estadounidense formado por Deborah y Roger S. Fouts ha dedicado su vida a combatir la idea de que el lenguaje es el "último bastión" de la singularidad humana y el resultado ha sido más de 40 años de trabajo con unos chimpancés que no sólo han aprendido a comunicarse con el lenguaje de signos, sino a mentir, a decir "estoy triste", a pedir perdón e incluso a hacer poesía.
Los Fouts fueron continuadores de los trabajos iniciados en los sesenta por otro matrimonioa quienes la NASA cedió la chimpancé Washoe después de que la agencia espacial abandonó su investigación con "chimponautas". Washoe fue introducida en un ambiente humano donde sólo se hablaba el lenguaje de sordomudos. La primate aprendió más de un centenar de signos viendo cómo se comunicaba el equipo. Cuando los Gardner decidieron cederla a un centro de Oklahoma, Roger no quiso dejarla sola en aquel laboratorio -donde iba a pasarlo mal en jaulas junto a unos congéneres a los que llamaba "bichos negros"- y logró que la trasladaran con él a Washington para seguir investigando, hasta la muerte de la chimpancé en 2007.
El matrimonio de investigadores, que ha pasado por Barcelona invitado por CosmoCaixa y la Fundación Mona, pudo ver cómo Washoe trasladó el lenguaje a su "familia", Tatu, Dar y Loulis -una cría adoptada que aprendió los signos sin intervención humana- hasta niveles sorprendentes: llegaban a hablar ellos solos mientras "leían" una revista, ya que son capaces de poner nombre a lo que ven en las fotos (bebida, comida, helado, zapatos...). "Hablan como una familia; si unos discuten, se intenta poner paz; cuando Loulis le quitaba una revista a Washoe, ella le maldecía y le decía 'sucio'", ha explicado Deborah. Incluso comentan el tiempo, hacen composiciones poéticas e inventan nuevos signos.
¿Por qué bostezan los chimpancés?
El contagio de los bostezos entre primates no es sólo un indicador de sueño o aburrimiento. Para los chimpancés también es una señal de conexión social entre individuos, según revela una nueva investigación realizada en el Centro de Investigación de Primates Yerkes de la Universidad de Emory (EE UU). Según los científicos, los chimpancés bostezan más si ven abrir la boca a alguien de su misma familia o grupo social que si ven bostezar a un extraño.
En un artículo publicado en la revista Public Library of Science One (PLoS ONE), Matthew Campbell y sus colegas sugieren que cuanto más se contagia un bostezo en un grupo de primates más empatía existe entre ellos. Todo apunta, aseguran, a que "el bostezo se contagia por la misma razón que sonreír, fruncir el ceño y otras expresiones faciales". "El contagio del bostezo puede usarse como una medida visible de la empatía", es decir, de la capacidad de percibir y compartir las vivencias y emociones de otros individuos, concluye Campbell.
La máquina de besar
La cultura popular dice que, mientras los latinos somos pueblos "calientes", los asiáticos son más fríos y distantes. Quizá por ello la máquina de besar ha nacido en el país del sol naciente y no en España. Este aparato creado en la Universidad de Electro-Comunicaciones de Japón consigue simular besos gracias a dos motores de rotación un software específico y dos pajitas a modo de lengua. Todavía queda mucho trabajo que desarrollar pero en el Laboratorio Kajimoto de la Universidad de Electro-Comunicaciones de Japón ya han dado un primer paso para crear una máquina que simule besos a distancia. ¿Que tu pareja no está cerca y te apetece besarla? No te preocupes, este aparato recrea la sensación que genera un beso en la lengua.
Básicamente se trata de dos cajas con sendos rotores en su interior conectados a dos pajitas ligeramente giradas e interconectado todo a un ordenador con un software específico. De este modo, cuando una de las personas se introduce el palito de plástico en la boca y lo hace girar con la lengua, el otro dispositivo remoto, con un palito similar, también gira en el mismo sentido.De esta manera dos amantes podrían interactuar simulando que se están besando y moviendo sus lenguas simultáneamente.
Como explica su creador "un beso incluye elementos como el sabor, la respiración y la humedad de la lengua. Si pudiéramos recrear todo ello creo que sería un instrumento realmente poderoso".
Todavía queda mucho trabajo que llevar a cabo pero ya se ha puesto la primera piedra para crear besos virtuales lo más reales posibles.
Fuente muyinteresante.es
0 comentarios:
Publicar un comentario